Acerca del solar
Los contenidos de estos ítems, incluyendo la totalidad de las fotografías son materia integrante de la obra literaria y el audiovisual registrados por el autor con el mismo título: Solar de Arte de Arte y Memoria Audiovisual.
El Solar está ahora constituido por un edificio principal y uno secundario separados por un patio. De la antigua construcción de principios del siglo XX se rescataron pisos, viejos muros de 30 cm., bovedillas y la añosa huerta que ha sido transformada en un pequeño Jardín Botánico ubicado en la parte posterior lindante con el pulmón de manzana.
El solar (en su profunda acepción: del latín solaris, adj. Perteneciente al sol), ubicado en la calle San Lorenzo a 150 metros de la plaza principal del Partido de General San Martín, a 10 km. del centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, constituye una parte de una centenaria finca más extensa que en 1919 fue adquirida por la familia del autor.
En la actualidad, solo este solar, una unidad de ese predio, de amplia superficie al fondo, pertenece a Jorge Luis Farjat, quien conforme a sus principios estéticos produjera, en ese su lugar de origen, todas las posteriores transformaciones.
Plano del año 1857 (detalle). Archivo General de la Nación. Referencia histórica del lugar centro del asentamiento poblacional de la localidad: antiguo plano catastral del año 1857 del Terreno de la Capilla y los que lo circundaban, donde estaba ubicada la iglesia de Jesús Amoroso. En este lugar también se encontraban la antigua Capilla Franciscana y un conjunto de chacras de la Orden. La actual unidad del Solar de Arte y Memoria Audiovisual correspondió a uno de esos terrenos, estando situada a 150 metros de la iglesia de Jesús Amoroso de ese entonces, la que fuera posteriormente convertida en la Catedral de San Martín y finalmente demolida.
El sentido del Solar está vinculado a los fundamentos filosóficos del autor expuestos en Fundamentos Estéticos y Filosóficos y a la temática del arte audiovisual, que consiste en el lenguaje aunado de fotografías (imágenes estáticas) proyectadas y sonido, en un todo articulado por un montaje, y exhibido en las mismas condiciones que el cine, o sea, en un recinto que oficia de cámara oscura. En el lugar se ha reunido un conjunto de pequeñas bibliotecas y un archivo de documentos de imagen y sonido.
Existen elementos representativos y proyecciones referidos a la Historia de los Medios Audiovisuales, particularizando los orígenes del Audiovisual a fines del Siglo XIX y principios del XX, como la técnica del panorama, que evolucionó hacia el llamado pandiorama o diorama, y que constituyó un hito fundamental en el nacimiento de este medio, en forma muy anterior al cine.
Hermanado con su obra audiovisual y con la teoría referida a ésta, el solar es la expresión material de la que se ha valido el autor para expandir también al terreno arquitectónico el conjunto de conceptos filosóficos que nutre toda su creación. Estas materias, a la vez, están plasmadas en sus obras literarias.
Por lo tanto, todos y cada uno de los aspectos estéticos de la arquitectura están en profunda ligazón con el hecho estético audiovisual, y ambos a la vez se encuentran imbricados con esa naturaleza filosófica, adquiriendo visibilidad en el caso del solar, a partir del itinerario de visita.
En el concepto de la teoría audiovisual, este lenguaje consistente en el montaje de imágenes estáticas (fotografías) unido al sonido y exhibido en las mismas condiciones que el cine, posee una idiosincrasia propia.
“Esta condición estática de la imagen es la que conecta directamente al audiovisual con la pintura, y por ende, con el estado primordial de la contemplación plástica en un tiempo de naturaleza psicológica distinta.” (De Teoría Audiovisual).
“En esta interpretación, surgen dos claves que marcan acabadamente la condición estética de la expresión audiovisual: por un lado, la evocación de la pintura en la imagen a través de los lineamientos fijados por ese arte, y por el otro, la armoniosa concordancia con el mundo etéreo de la música en un todo así conjugado.” (Del Prólogo a Obra Audiovisual. Selección Iconográfica).
Lo que en el medio audiovisual refiere a la imagen estática de carácter plástico así proyectada, cortina tras cortina, obtiene su reemplazo físico y viviente en la contemplación arquitectónica correspondida a cada uno de los puntos referenciados en un itinerario: los distintos ambientes arquitectónicos enlazados. Esto obedece también a un principio de acción, desarrollo y final, conforme a una expresión de tiempos igualmente desanudados en el audiovisual y en el cine.
En forma similar a los módulos vitales desatados continuamente en el audiovisual, aunque no como en el caso de éstos como condensación de recuerdos, sino en un tiempo estético presente, y persiguiendo un mismo único y mancomunado fin, “…aparecen entonces como sucesivos resplandores en la oscuridad(*), del mismo modo que ‘Si un espectador anduviera incansablemente por las salas de un vasto museo o gran galería de arte, a medianoche, con una lamparita en la mano, cada uno de los objetos naturales, las escenas pintadas, las estatuas, los retratos, estarían iluminados por la lamparita uno tras otro, por un solo momento, mientras todo lo demás estaría en la oscuridad, y uno tras otros caerían de nuevo en la oscuridad’. La representación del audiovisual, en este conjunto de condiciones estéticas, es la suma de experiencias en una línea o sucesión tendiente a alcanzar una individualidad, como una corriente más de cambio dentro de la “invariable inteligencia de lo absoluto.” (Del Prólogo a Obra Audiovisual. Selección Iconográfica).
“Este yo profundo y la continuidad están imbricados en el estudio de los fenómenos evolutivos en los cuales interesa su velocidad y direccionalidad, y esta evolución, que es la inmigración de la conciencia en esos otros estadios de la espiral ascensional, significa cambio y aguda transformación a fin de asegurar la supervivencia en el telón de los nexos universales. “ (De Migraciones y Supervivencia)
Arquitectónicamente, todos los conjuntos y subconjuntos del solar (en su profunda acepción: del lat. solaris. adj. Perteneciente al Sol) han sido creados por el autor en el contexto de una progresiva distribución del caudal de la carga lumínica natural exterior, de modo que “El progresivo aumento, desde el oscurecimiento hasta la aparición de contornos definidos de luz, primero en tenues rayos cenitales configurados luego ensanchándose y extendiéndose en ascendencias oblicuas y perpendiculares, asomados y alineados estos elementos de tal manera que en la cavidad de los semi – interiores, puede deducirse con holgura la abundante luz que empezó a estar propicia afuera en la superficie, desde arriba. Son haces de luces que han tratado de crecer entre cúmulos y solo consiguen extenderse primero horizontalmente, aplastándose finalmente y reflejando tenues y planas opacidades sobre los objetos enfocados del área circundante, que luego, de repente en inversión, alcanzarán fuertes contornos definidos …” (De El Arte Audiovisual)
“…Desde la fuente de luz encontrada in situ y obtenida únicamente en la Naturaleza: el cromatismo ascendente unido desde el claroscuro a la sucesión de elementos para la creación y multiplicación del espacio ad finitum. Surge así la búsqueda de chorros de luz y haces rasantes, surcos de sombras e iluminación cuyo foco de emanación proviene solo físicamente del exterior, porque es evocada a través de objetos y sujetos, de modo que esté insinuada como escapando siempre desde adentro hacia afuera, en expresión de una magnitud así radiada de lo profundo.” (De El Arte Audiovisual. Acerca de los elementos del montaje visual intrínseco)
Por ende, el tema de los niveles de la conciencia y el de su continua expansión ha significado la médula del diseño arquitectónico del solar, un antiguo suelo, materia grosera así transformada del mismo modo que “Al introducir leña en el fuego se cocinan los alimentos. Mediante la suavidad se agudizan y se tornan claros el oído y el ojo. Lo blando echa a andar y va hacia arriba”.
“…En la Identidad de ese núcleo, tan viejo como revelado es, dentro forjados, Ecos y Luces de Acordes, subyacen.
Entonces, de negro y silencio, primero en suave cadencia y luego en vigoroso despegue de sendas formas extrínsecas, un haz anuncia el pasaje al nuevo estado.
Grandes Voces, intrínsecamente pulsadas, son notas de la expansiva conversión y con explosiva e incalculable energía desarrollan centrífuga la luz.” (De Citas y Testimonios. El Audiovisual como Arte)
(*) Das, Bhagavan. The Science of Pace. Citado por Edward Carpenter en The Drama of Love and Death. A Study of Human Evolution and Transfiguration
Música: Ralph Vaughan-Williams (1872-1958)